En mi post anterior, El azúcar mi leyenda urbana favorita, hablaba de cómo nos han hecho creer que cuando estamos tristes o de bajón, el azúcar y todo aquellos alimentos que lo contienen son los grandes salvadores de nuestras penas.
Nadie nos ha hecho entender que realmente esa tristeza, esa necesidad de huir, es debida a algún desequilibrio emocional por resolver. Cuando la tristeza nos invade es porque nuestro cuerpo emocional está necesitado de nuestra atención.
¿Qué necesita nuestro cuerpo emocional?
Yo diría que buscar la pasión de nuestra vida y sin duda, esa pasión no es la comida. En un mundo ideal, sería maravilloso aprender desde pequeños, la importancia de respetar, cuidar y querer a nuestras emociones que son únicas en cada persona.
Cuando yo empecé a dar a mi cuerpo físico buenos alimentos y a mi cuerpo emocional buenas dosis de felicidad, ocurrió algo increíble: mi cuerpo mental se empezó a relajar.
El cuerpo mental, nuestra querida cabecita, esa amiga que nunca se cansa de pensar, repensar y en hacer, mucho hacer, sin tener en cuenta, si tenemos hambre de comida o si necesitamos disfrutar de nuestra pasión. La mente sólo piensa en ella y va a mil por hora, es una de sus características, la velocidad.
En la vida en la que vivimos, nuestros pensamientos son los dominadores absolutos de casi todos nuestros actos. Esto no tendría que ser así.
Nuestra cabeza debería poder relajarse. Solo de nosotros depende que esté en calma y quietud.
Es cierto que cuesta controlarla, pero si realmente cambias un poco de vida, con una mejor alimentación y te regalas esos momentos para ti, poco a poco verás como todo empieza a encajar. A mi me sirve ir a yoga, meditar, cocinar, escuchar música, leer. Pero también ayuda, y mucho, no hacer nada, simplemente estar, escucharme, dejarme sentir y respetar lo que siento.
Debemos aprender a cuidar y respetar nuestros tres cuerpos, físico, emocional y mental porque cuando caminan unidos siguiendo la lógica de la naturaleza, es cuando mejor nos sentiremos con nosotros mismos y con el mundo. Cuando consigamos ese equilibrio es cuando estaremos haciendo lo que verdaderamente hemos venido hacer a esta vida.
Si también alimentas tu cuerpo emocional con comida y especialmente con alimentos azucarados, no te pierdas mi taller: Di Adiós al Azúcar en tu alimentación y en tu vida
Cuéntame qué te ha parecido este artículo. Explícame cómo cuidas tus tres cuerpos.